Naranja Atardecer

A veces, cuando un libro te gusta mucho y te lo lees varias veces, eres capaz de encontrar detalles, conversaciones, gestos y palabras que antes no habías visto, o que no son lo que más llamarían la atención de otras personas al leerlo. 

Así que hoy os voy a enseñar dos fragmentos de Peeta Mellark en el libro de Suzanne Collins "En Llamas". Dos fragmentos que hablan de la pintura y los colores, que ofrecen a la historia un toque de, por qué no decirlo, color y que a mí me resultan clave y de las mejores partes. No sabría explicar exactamente por qué, simplemente me parecen preciosos y quería compartirlos con vosotros. Si no habéis leído el libro, no pasa nada, porque no desvela nada de la historia.

1.

 -¿No te perece raro que sepa que eres capaz de arriesgar tu vida por salvarme..., pero no tenga ni idea de cuál es tu color favorito?

-Verde- respondo, esbozando poco a poco una sonrisa- ¿Y el tuyo?

-Naranja.

-¿Naranja? ¿Como el pelo de Effie?

-Un poco más apagado. Más como...una puesta de sol.

La puesta de sol. Lo veo de inmediato, el borde del sol que desciende, el cielo surcado de rayos en suaves tonos naranja. Precioso.

 2.

Con mi caja de pinturas, en casa, puedo hacer todos los colores imaginables: rosa tan pálido como la piel de un bebé o tan fuerte como el ruibarbo. Verde como la hierba en primavera. Un azul que reluce como el hielo en el agua. Una vez me pasé tres días mezclando pintura hasta encontrar el tono perfecto para la luz del sol sobre el pelaje blanco. Verás, creía que era amarillo, pero era mucho más que eso. Capas y capas de todo tipo de colores, una a una. Todavía no he conseguido pintar un arco iris. Legan tan deprisa y se van tan pronto... No he tenido el tiempo suficiente para capturarlos, solo un poquito de azul por aquí o de morado por allá y vuelven a desaparecer. Vuelven al aire.

¡Espero que os hayan gustado tanto como me gustan a mí!

Dandelion